Manteniendo tu felicidad después del matrimonio
Teniendo que celebrar nuestro sexto aniversario de casados, mi esposo Jeremy y yo, nos consideramos todavía en muchas maneras, “recién casados”.
Después de seis años de casados (con dos niños y un bebe en camino) siento que he aprendido algunas cosas que no sabía cuando era una novia enamorada de su príncipe azul. Pero si comparo nuestro matrimonio con muchos matrimonios que conozco y respeto, con cuarenta, cincuenta o más años de casados, me doy cuenta que aún me queda mucho más por aprender.
Como me considero una “recien casada”, cuando veo los rostros sonrosados por el amor en las nuevas novias, produce algo en mi, me hace sonreír, recordando todas las esperanzas, sueños y expectaciones que rodean a los recién casados. Por otro lado me pregunto ¿Qué sabe esta nueva nueva esposa acerca de relacionarce y respetar a su esposo?, ¿Alguién le ha dicho a ella que puede cerrar el espíritu de su esposo con sus palabras?
Muy seguidos los recién casados entran en la vida matrimonial con poco conocimiento de lo que les espera al otro lado de la luna de miel. A menos que hayan sido bendecidos con cursos prematrimoniales y discipulado cristiano, pero aquellos que no lo han recibido se verán desilusionados y sorprendidos con los conflictos que empiezan a debilitar los cimientos de su castillo de arena.
Desafortunadamente, muchas jóvenes crecen con ideas irreales acerca de matrimonio y el romance. Es todo acerca de hermosas princesas y príncipes valientes, cuentos de hadas sobre el amor y el famoso “vivieron felices por siempre”. Tal vez esto suena muy bonito en la historia, o hace a la joven suspirar de amor viendo una película romántica, pero solo crea bases de arena, inestable para el matrimonio, un matrimonio con un hombre real, con faltas reales y necesidades reales.
Lo descubrí de la manera difícil, como muchas jóvenes recién casadas lo hacen, que el matrimonio no tiene nada que ver con los cuentos de hadas que crecimos leyendo y fantaseando en nuestras mentes. A pesar de que no crecí con la televisión, y no se me permitía ver películas “malas”, y era muy cuidadosa con los libros que leía en mi adolescencia, llevé a mi matrimonio algunas expectaciones irreales.
El matrimonio es algo que realmente no puedes saber hasta que lo experimentas, es un proceso de crecimiento entre dos personas que unen sus vidas, sus sueños e historial dentro de una nueva unidad familiar.
Pero, aquí hay algunas cosas que he aprendido a través de mi vida de casada.
1) Tu esposo es totalmente diferente a ti!
Esto tal vez te parece que no tiene sentido….por supuesto él es diferente! Pero no sé porque esta diferencia no entra en nuestras cabezas cuando se trata de relacionarnos, comunicarnos y esperar algo de nuestros esposos.
Contrariamente a lo que muchas esposas jóvenes creen cuando entran al matrimonio (incluyéndome a mi), tu esposo realmente no sabe porque lloras cuando estas triste, él no entiende porque tu obsesión sobre que pares de zapatos usaras para ir a la iglesia. Por supuesto él no puede relacionarse o simpatizar contigo como una de tus amigas lo haría. El es un hombre, una pieza de hormigón, blanco y negro, pero, “vamos al grano”, para nada emocional! Y por esto no quiero decir que los hombres no tienen emociones, sino que ellos no están conectados a sus emociones como las mujeres lo están.
Las mujeres ven el mundo a través de los colores del arco iris con miles de sombras y he aquí está el hombre que solo ve blanco y negro. Para el hombre una cosa es o no es. El no va analizar cómo se siente acerca de algo. El solo sabe los hechos, lo concreto. Por ejemplo, cuando una amiga te llama para decirte que está enferma, tu no solo procesas los hechos “mi amiga está enferma”, sino si no que te relacionas con ella emocionalmente Tu tal vez dirás algo como, “pobrecita! Como hará para tener los niños y la casa al día? Instintivamente nos relacionamos a las necesidades de otra mujer, porque sus necesidades son probablemente parecidas a las nuestras.
Ahora imagina que el amigo de tu esposo le dice que está enfermo (que no es muy común, pero imaginemos) la respuesta de tu esposo sea probablemente algo como…Oh”, entonces, Quién gano el partido de futbol la semana pasada?” Los hombres no se involucran en asuntos emocionales con sus amigos como lo hacen las mujeres.
Es por eso que es muy común que los hombres hablen sobre el clima, deporte, el precio del ganado, trabajo y otros temas “seguros” de mutuo interés.
Cuando un hombre trata de relacionarse con su esposa, la cual es tremendamente emocional y muy sensible, para él es como tener que hablar un idioma que no conoce.
Las cosas pueden ir rápidamente de bajada si una pareja no ha aprendido a aceptar y apreciar las diferencias que Dios les ha dado.
2) Tu lengua se puede convertir en tu peor enemiga.
La mayoría de las mujeres tienen un don para hablar. Inclusive una mujer introvertida o tímida puede llegar a hablar más que su esposo, especialmente cuando se trata de expresar como se siente o comunicar sus necesidades. Nuestra lengua parece estar comunicada con cada parte de nuestro ser. Podemos expresar exactamente lo que pensamos, como nuestro cuerpo se siente y como alguien nos ha herido con sus palabras.
Estudios dicen que nosotras las mujeres usamos los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro simultáneamente, eso significa que podemos movernos fácilmente entre los “hechos” y las “emociones”.
Los hombres usan principalmente el hemisferio izquierdo del cerebro, ellos son “hechos”.
Aparentemente, las mujeres hablan aproximadamente 50.000 palabras al día, mientras que los hombres generalmente solo hablan la mitad de esa cantidad!
Si tu eres particularmente una mujer habladora, y no puedes resistir dar tu opinión, ¡Deberías tener mucho cuidado como te expresas con tu esposo verbalmente!
Tu expresión de como te sientes en frustración, aunque tú creas que tienes “razón” va a sonar como un ataque verbal sobre él como persona. NUNCA, NUNCA, digas frases como “siempre haces lo mismo”, o “nunca recuerdas esto o eso”. Lo que realmente escucha tu esposo es, “no estás a la altura”, “no tienes valor”, “no te respeto”.
Mientras tú sientes que estás haciendo tu último esfuerzo por comunicarte y conectarte con tu esposo, él se siente atacado, no respetado y se apartará de ti emocionalmente.
Ganar un necio argumento tal vez tenga un efecto opuesto de lo que tú esperas. Va a empujar a tu esposo lejos de ti. Si tú encuentras que después de seis meses o un año de casados, tu esposo no es el mismo, que no comparte sus pensamientos o necesidades contigo como antes; detente y considera como te relacionas con el verbalmente. Es muy posible que hayas serrado su espíritu con tus palabras.
La autoestima de tu esposo es más vulnerable de lo que piensas, y considerando que él no es un hablador como tú, el no te dirá si tu le has herido. Tú lo sabrás de la manera más difícil, cuando te des cuenta que él se ha apartado de ti.
3) Construye tu nueva unidad familiar.
Es importante que tú y tu esposo construyan vuestra propia unidad familiar en los primeros años de casados. “Corta el cordón umbilical” con tu familia. He visto esposas jóvenes cometer el error de correr a la casa de su madre cada vez que hay un pequeño problema. Los esposos se sienten dejados de lado, y probablemente deseando que su esposa crezca de una vez y madure!
No estoy diciendo que tú no tienes que estar cerca de tu madre después del matrimonio; solo asegúrate de que primero eres esposa y luego hija.
Es doloroso dejar ir a unahija. Gentil pero firme ocupa tu lugar de esposa. El matrimonio demanda que dejes tu niñez y dependencia y te transformes en una mujer.
Si eres recién casada, y vives cerca de tus padres, ten mucho cuidado en que tu esposo sepa que eres su esposa y no la niñita de mama. Tampoco esperes comer en la casa de tus padres cada día. Cocina en tu casa, para él. Comparte cosas con tu esposo primero. Pregúntale a donde quiere ir a comer los domingos o que es lo que quiere hacer los fines de semana. No tomes por hecho que tu esposo se convierta en una extensión de tu familia. El es Tu Esposo no tu niño.
Ahora sois una pareja, con identidad propia. No corras a la casa de tu madre, o la llames por teléfono cada vez que tu esposo hace algo equivocado. Esto es necio, y va a debilitar tu matrimonio. El matrimonio demanda madurez y mutuo respeto. Ama y honra a tu familia y a la de él, pero asegúrate que tu lealdad es para tu hombre.
4) No compares a tu esposo con tu padre.
La transferencia de fidelidad de la niñita de papá a tu nuevo esposo puede ser algunas veces muy confuso, especialmente si ella y su padre han tenido una relación muy cercana, como debería ser.
Toma tiempo y madurez transferir tu fidelidad a otro hombre, aunque tú estés loca de amor por él.
La verdad es que probablemente tu padre ha sido el único hombre estable en tu vida. Tal vez tu padre es muy capaz, seguro de sí mismo y tenga la última palabra.
Ahora tú te encuentras bajo la autoridad de otro hombre que es tu igual. El es inexperto, a veces inseguro (aunque no lo admita) y tal vez toma algunas decisiones que piensas que son incorrectas.
Este príncipe encantador que siempre te ha hecho sentir en las nubes, de pronto te deja con una sensación de inseguridad, y de pronto te encuentras pensando (aunque no lo quieras) “Mi padre resolvería la situación de esta manera?”
NO COMPARES a tu esposo con tu padre. Ellos son diferentes, con diferentes personalidades, diferentes puntos fuertes, y diferentes puntos débiles. Tu esposo tal vez no posea la sabiduría y la experiencia que tu padre posee, pero él es el nuevo líder que Dios te ha dado.
Cree en el. Siempre ponte de su lado. El se preocuparará de cubrir tus expectaciones si siente que tu verdaderamente crees en él y su nuevo rol como proveedor y protector de tu hogar.
KRISTY HOWARD
Cisco, Texas, USA
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Jeremy and Kristy’s family are Amy, Emely and Keith (que se unirá a la familia en Mayo del 2008)