TRABAJO BIEN HECHO
Éxodo 28:28: "Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod.”.
No deja de asombrarme lo práctica que es la Biblia. A Dios le interesan los detalles practicas de nuestra vida cotidiana. Dios dio instrucciones explícitas respecto a la manera de hacer todo para el tabernáculo en el desierto. Le dijo a Moisés exactamente cómo quería que se hiciera cada mueble y cada prenda de la vestimenta. Dios es incluso un diseñador de ropa. Él planeó las prendas gloriosas que debía usar el Sumo Sacerdote.
El Sumo Sacerdote también llevaba un pectoral, y Dios dio instrucciones precisas sobre la manera de unir los anillos del pectoral con los anillos del efod con un cordon de azul: "Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod.” (Exodo 28:28)
Este versículo captó mi atención al leerlo. A Dios le interesa que un trabajo esté bien hecho. Le mostró a Moisés cómo hacerlo para que nunca se desbaratara. Dios quiere que las cosas se hagan correctamente. No quiere un trabajo mal hecho.
Yo fui criada conforme a la siguiente premisa: “Si vale la pena hacer un trabajo, vale la pena hacerlo bien.” Estoy segura que tú también. Y ahora estás criando a tus hijos de la misma manera. Transmitimos este entrenamiento de generación en generación. Y es importante que sigamos pasando esta batuta, porque es bíblica.
No solo debemos hacer cada trabajo que emprendemos según lo major de nuestra habilidad, sino que, si empezamos algo debemos terminarlo. En ocasiones enfrentamos obstáculos en los proyectos que emprendemos y queremos abandonarlos. Actualmente se está quedando con nosotros mi padre, de 90 años de edad. Cada vez que enfrenta un problema, dice: “Al hombre bueno nunca se le atoran las cosas.” Siempre encontrará una manera de resolver el problema y terminar la tarea. El padre de él le transmitió estas palabras y llegaron a ser parte de su vida. Él se los transmitió a sus hijos y nietos. Todos mis hijos y nietos se saben estas palabras de memoria, y los oigo repetirlas con frecuencia.
Dios mismo nos pone el ejemplo cuando creó el mundo. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra y todo el ejército de ellos.” (Génesis 1:31; 2:1).
Jesús dijo: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” (Juan 4:34; 17:4)
Pablo manifiesta el mismo sentir cuando confesó en Hechos 20:24: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo” (2 Timoteo 4:7)
También leemos respecto a Zorobabel en Zacarías 4:9, “Las manos de Zorobabel echarán los cimientos de esta casa, y sus manos la acabarán. ¿Qué les parece un ejemplo más?: 2 Crónicas 3:1 Dice: “Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah.” Luego leemos en el capítulo 5:1: “Acabada toda la obra que hizo Salomón para la casa de Jehová…”
Perseverar en una tarea hasta su término es un rasgo de piedad.
Sigamos en nuestras propias vidas con el ejemplo de Dios en cuanto a un buen trabajo, e inculquemos esta cualidad piadosa a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Con amor de parte de NANCY CAMPBELL
Oración:
"Señor, por favor ayúdame a manifestar Tu carácter en mi vida, realizando toda Buena obra al máximo de mi capacidad. Ayúdame a hacer todo en mi hogar de manera excelente. Y por favor ayúdame a impartir esta piedad a mis hijos."
Afirmación:
en nuestra fami lia!
El trabajo mal hecho no tiene cabida